LA CLAUDICACIÓN DEL CUIDADOR

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LA CLAUDICACIÓN DEL CUIDADOR

Definición de cuidador: aquella persona que, aunque no pertenece al mundo sanitario ni se ha formado como tal, es el responsable del cuidado del enfermo dependiente en el domicilio.

La existencia del cuidador informal (según definición de la O.M.S.) es fundamental en nuestra sociedad, pero no está exenta de riesgos, uno de ellos es la claudicación.

Alguno de los elementos que favorecen la claudicación del cuidador son :

– sensación de sentirse física y emocionalmente atrapad@
– sobreesfuerzo físico y mental
– sentimiento de culpa de no estar haciéndolo bien y poder perjudicar al enfermo al que cuidan
– extrema autoexigencia
– tristeza, apatía, depresión, somatizaciones…etc.

Un detalle relevante del estudio de la situación de claudicación del cuidador, es la relación estrecha que existe entre menores índices de claudicación cuanto mayor es el apoyo y soporte por parte de asociaciones, colectivos y organizaciones especializadas, en este caso, en Alzheimer, que den formación al cuidador para que éste sienta que lo está haciendo bien.

El sentimiento de culpa del cuidador es otro de los indicadores importantes a la hora de su claudicación, por eso es importante que la persona que cuida disponga de toda la información, formación y apoyo posible para que sus funciones como cuidador sean satisfactorias, para con el enfermo y también para sí mismo, eliminando ese sentimiento de culpa que a menudo atenaza al cuidador de personas con Alzheimer u otras enfermedades que comparten características.

¿También creéis que muchos cuidadores claudican debido a su sentimiento de culpa?
¿Habíais oído hablar de la Claudicación del Cuidador?

No os olvidéis de dejar un comentario para opinar acerca de este tema, y pasaros por aquí para darnos un Me Gusta.

 

1 Comentario

  1. Victor dice:

    Claudican por el sentimiento de culpa, pero sobre todo creo que claudican porque no pueden más, en general. Es demasiada presión, no sólo por lo que te exige el propio enfermo, sino tus familiares, que se desentienden pero esperan que tú seas el electrodoméstico perfecto, o incluso tus propios vecinos, que no entienden y te acusan y hasta te denuncian por no poder controlar los ruidos o los gritos, poniéndote entre la espada y la pared: o lo encierras en el asilo para que no nos moleste con sus gritos, o te vamos a seguir haciendo la vida imposible con denuncias o poniéndote verde por todas partes.

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