La técnica del bolígrafo verde o restarle protagonismo al valor del error.
¿Qué hay detrás de esta técnica?
Recordad cómo nos calificaban los exámenes cuando éramos pequeños.Cuando nos equivocábamos, el profesor nos marcaba con bolígrafo rojo el error dándo protagonismo a la falta que habíamos cometido.
Si el examen o el ejercicio era correcto, no había ninguna marca que resaltara lo que habíamos hecho bien.Sólo la nota.Sin más.
Si nuestro profesor hubiera cogido ese mismo ejercicio y hubiera marcado en otro color, pongamos en color verde, lo que habíamos hecho bien, independientemente de la nota final o los errores cometidos, posiblemente nuestra autoestima se hubiera visto recompensada.
De eso se trata esta técnica que surgió de la idea que tuvo una madre que estaba enseñando a escribir a su hija.La niña aún no sabía trazar las letras de forma correcta, así que su madre le ponía plantillas con letras y número y en cada línea rodeaba con color verde las que le había salido mejor.De esta forma, y sin marcar los errores, la niña sabía cuál era el camino a seguir.
Es decir, se trata de empedrar y resaltar las cosas que se hacen bien.
Si la aplicamos a los cuidadores, seguro que podemos concluir guiándonos por eso técnica, que es mucho mejor y más reconfortante para ellos, darle protagonismo y destacar lo que hacen bien con los enfermos que cuidan, que poner de manifiesto lo que no hacen tan bien o no dominan.
¿Qué se queda en la mente de un cuidador si le indicas lo que no está haciendo bien? pervive lo negativo, y con ello, el perjuicio de su autoestima.
No se trata de no decir lo que está mal, porque darle consejos a una persona que cuida, en virtud de que mejore, es lícito.Pero en el término medio es donde se aloja la virtud.No podemos ir a casa de alguien que cuida de un enfermo de Alzheimer y darle sólo consejos de mejora porque lo que se sobreentiende de esa conducta es que el cuidador lo hace todo mal, cosa que seguramente no es cierta.Aquí es donde entra la técnica del bolígrafo verde.Cuando alguien cuida de otra persona, en este caso podríamos centrarnos en los cuidadores no profesionales, da todo lo que está en su mano para hacerlo lo mejor posible siendo una de sus premisas, el bienestar del enfermo. Si cualquier persona ajena al cuidador, resalta lo que este hace bien, estamos dándole a la persona que cuida una dosis necesaria de autoestima, que le va a dar fuerza extra en su cometido diario.
No se trata de censurar consejos, sino de dosificarlos porque el uso de frases como “¿por qué no lo haces de esta forma?” “¿no crees que estaría mejor si…?” “yo creo que si hicieras primero… te resultaría más fácil hacer luego…” dan a entender que el cuidador no acierta en nada de lo que realiza.
Así pues, si tenemos cerca un cuidador no profesional que cuida a un enfermo de Alzheimer (o de otra enfermedad incapacitante) recordemos a esa niña que está aprendiendo a escribir y su madre resalta todo lo que hace bien para que ella sepa el camino correcto 🙂
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